Cuando comenzó el siglo XIX parecía que la lucha por la independencia de las colonias iberoamericanas era infructuosa;resultó ser un proceso complejo, a veces contradictorio y muchas veces sofocada violentamente por la Corona.Si bien había muchas incorfomidades en las colonias americanas, también había un enorme miedo a la Revolución. Francisco Miranda, a finales del S. XVIII no encontro apoyo en sus intentos de independencia y no sólo porque estaba auspiciado por Gran Bretaña, sino porque muchos de sus compatriotas no querían cambiar y otros también tenían miedo de sublevarse, o bien, de cambiar únicamente de "colonizador".Por otra parte, había una contradicción interna ya que existía la necesidad de autonomía, al mismo tiempo que apego a la tradición de obediencia y amor hacia la familia real.Aun así, las innumerables batallas por la independencia empezaron a tener un éxito que se vio acompañado de los retos que dejan los mivimientos armados al interior de cada país: la pacificación, la solución de los conflictos de interés internos, la reconstrucción económica y la construcción de aparatos estatales que garantizaran la gobernabilidad.Si bien la apertura de América latina con España, en el caso de Brasil con Portugal, quedó muy clara con la consumación de la independencia; la pacificaión y la estabilidad política no se realizaron. El pensamiento federalista de Simón Bolivar fracasó y, en su lugar, se produjeron separaciones, luchas internas y dictaduras, en algunos casos férreas
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